De nuevo vamos a hablar de la vuelta al cole. Ya estamos en los últimos días de agosto y el regreso al colegio de la gente pequeña de la casa está a la vuelta de la esquina. Vuelve la rutina y también vuelven los gastos.
Gastos que en una familia monoparental se afrontan, como todo, en solitario. Libros, material escolar, uniformes, comedor, actividades extraescolares… un sinfín de ellos difíciles de asumir cuando no se cuenta con ayuda. Según diferentes estudios, en España el gasto realizado por cada alumno/a de primaria ronda una media de 400 € y el alumnado de secundaria y bachillerato los 600 €. Cifras muy difícilmente asumibles cuando sólo entra un sueldo en el hogar y más del 80% de estos hogares está encabezado por una mujer con condiciones laborales generalmente más precarias y sueldos más bajos.
Además, conciliar la vida familiar y laboral supone un gran esfuerzo cuando todo se debe hacer sin apoyo. Conciliar la rutina del curso es difícil, como también lo ha sido afrontar las vacaciones escolares, sobre todo, en las familias monoparentales con niños y niñas más pequeños. En definitiva, la vida de las familias monoparentales siempre es más complicada que la de las familias tradicionales con dos personas al frente.
Nuestras familias, las monoparentales, tienen características diferentes que las definen y, por lo tanto, nuestras necesidades son distintas, aunque parezca que nuestros problemas son los mismos. Esto, que los problemas sean los mismos, puede ser cierto, pero nuestra capacidad de afrontarlos al ser una única persona adulta al frente de todo en nuestros hogares es lo que hace que al mismo problema las necesidades y soluciones sean diferentes.
Somos en nuestro país 1.944.800 hogares monoparentales, recalcamos lo de “hogares” que es como aparecen en la encuesta de condiciones de vida del INE, pero son muchas más familias. Creemos que siendo más de 4.000.000 de personas las que vivimos en estos hogares monoparentales nos merecemos la atención de las distintas administraciones, para que nuestra vida pueda desarrollarse en igualdad de condiciones con el resto de familias. No queremos más, pero tampoco queremos menos. No somos un colectivo, somos un porcentaje muy importante de la población de este país y seguimos creciendo. Nuestro modelo de familia es, sin duda, el que más se incrementa y ya es hora de que se nos tenga en cuenta y se legisle para nosotras.
Aprovechamos, como hacemos siempre, para exigir una “Ley de Familias Monoparentales” que nos haga sujetos de derechos y no solo de obligaciones. Una Ley que nos tenga en cuenta, que nos considere familias, no un interludio entre parejas de la persona adulta que nos sustenta.
Vuelve la rutina, de nuevo otra vuelta al cole… Vuelve hacer malabares con nuestro tiempo, con nuestro dinero. ¿Vuelve? Realmente no. Es el pan nuestro de cada día.