Redes de apoyo social, ¿solución para las familias monoparentales?

Redes de apoyoLa sociedad tiene en su centro a la familia, pero entender lo que es ser “familia” en 2023 se aleja bastante del concepto tradicional de familia biparental formada por el padre, a la cabeza y sustentador del hogar, la madre, en su rol de cuidadora y los hijos e hijas fruto del matrimonio bendecido por los hombres y por Dios. Esto está en el imaginario popular y visto como una familia de bien.

Nada más lejos de la realidad, en cuanto a que sea el modelo idóneo, hay otros modelos de familia que existen desde siempre, pero que, sólo en los últimos años, están siendo reconocidos, como son las monoparentales, que tienen la característica diferenciadora en el hecho de que sólo una persona adulta es responsable de todo en el hogar: de los cuidados, de la economía, del ocio…

Teniendo en cuenta que en nuestro país hay 1.944.800 hogares monoparentales estamos hablando de un número nada desdeñable de personas, como mínimo casi 4.000.000. Estas personas tienen una vida complicada y con muchos más contratiempos que una familia tradicional, donde se pueden compartir decisiones, responsabilidades, problemas… Además, otro factor a tener en cuenta es que más del 80% de estos hogares están encabezados por una mujer lo que hace que a los problemas habituales que puede tener una persona ante todas las responsabilidades de un hogar se multipliquen por las discriminaciones que se reciben en una sociedad no especialmente feminista.

Nuestras familias, las monoparentales (madres solteras, separadas, divorciadas y viudas) deben afrontar en solitario todas las obligaciones que tiene cualquier familia con una sobrecarga física y emocional importante.

En ocasiones, esto viene “relativizado” cuando se cuenta con una red social de familiares y amistades que nos brindan su ayuda para solventar los problemas que el día a día nos plantea. Es por eso que estas redes de apoyo son tremendamente importantes, pero no todo el mundo cuenta con ellas. Por diversos motivos, podemos no tener esta ayuda y que nuestra vida se complique de forma importante.

En países como el nuestro, con una cultura familiar fuerte, esto puede “funcionar” relativamente, pero lo que ocurre es que nos encontramos con una generación de abuelas y abuelos que no han dejado de criar niños y niñas en ningún momento de sus vidas, ni siquiera cuando deberían estar disfrutando de una jubilación merecida y compartir momentos con sus nietos y nietas y no siendo sus canguros obligados.

En cualquier caso, debería haber suficientes recursos públicos para hacer frente a este tipo de cuidados, recursos de calidad y asumibles económicamente que permitieran a las madres combinar con los menores problemas posibles su vida personal y profesional, sin tener que reducir sus jornadas ni asumir sacrificios que redundarán en una menor capacidad económica con la que hacer frente a las dificultades familiares y, en el futuro, en unas pensiones de jubilación pequeñas que perpetúan la pobreza femenina en nuestra sociedad.

Es por todo esto que reivindicamos, como hacemos siempre, la existencia de una Ley de Familias Monoparentales que regule las necesidades de nuestro colectivo y garantice nuestro derecho a desarrollar nuestra vida con las mismas garantías que cualquier otra familia. No pedimos más, pero tampoco pedimos menos.

Nuestra Constitución en su art. 39 nos dice que los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia y, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. Y es por eso que consideramos que nuestra exigencia debe ser atendida, porque nuestra Constitución nos otorga ese derecho y por eso seguimos demandando alto y claro que se legisle por y para nuestras familias.

La solución a nuestros problemas y dificultades no está en nuestras redes de apoyo, que podemos tener o no, si no en ser consideradas sujetos de derecho por quien tiene capacidad de legislar y decidir sobre la vida de todas nuestras familias.

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